miércoles, 3 de julio de 2013

Reelección conyugal divide al TC - 04/05/2013

Reelección conyugal divide al TC

Rafael Romero

Desde que magistrados como Ernesto Álvarez, del Tribunal Constitucional (TC), o el presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Francisco Távara, expresaron motu proprio que la primera dama, Nadine Heredia, no tenía impedimento constitucional para postular a la presidencia, nadie hasta ahora había hablado tan claro como lo ha hecho el ex presidente del TC, Carlos Mesía, quien ha precisado que ya venció el plazo para presentar acciones de inconstitucionalidad contra la ley que impide que ella pueda candidatear en el 2016.
Ahora bien, se supone que este impedimento ya debe habérselo digerido el oficialismo, pero no solo masticarlo sino que tendría que ser consciente de que Heredia jamás debería imponerse como candidata, desde el poder de turno, ni tampoco ser el pretexto para torcer las reglas del juego electoral ya establecidas. Pero Carlos Mesía también ponderó acerca de la imposibilidad de que ella presente su inscripción ante los órganos electorales, hecho que de producirse no tendría más remedio que ser rechazado por el JNE, si este actúa de acuerdo a ley. 
Asimismo, según Mesía, “si bien la Constitución no lo prohíbe (postular a la presidencia), eso no significa que lo permite” y si interpretamos la funcionalidad de la Carta Política, veremos que nuestro país ha sido uno de los más antirreeleccionista. Así lo han determinado todas las Constituciones; pero lo concreto es que el TC ya no puede ver el caso, pues el período para presentar las acciones de inconstitucionalidad contra la ley que obstaculiza hoy a la consorte del jefe de Estado ser candidata, ya venció. Entonces todo apuntaría a que la actual primera dama tendría una salida alternativa para presentar su candidatura. Y en este contexto, sólo si el JNE le dice a Nadine que no puede ser candidata, entonces recién el camino quedaría expedito para que ella presente una acción de amparo.
No obstante, hasta esa supuesta acción de amparo conllevaría una grave dificultad, dado que un amparo demora hasta dos años para llegar al TC, tornándose difícil todo esto por la llegada de las elecciones del 2016. De manera que en el seno del JNE se definiría la suerte electoral de la actual primera dama, frente a lo cual, lo más sensato ya mismo sería que los jueces del ente electoral rechacen, de acuerdo a ley, ese tipo de candidaturas nacidas con fórceps, y esto para que se mantengan totalmente imparciales y dignos frente a las presiones palaciegas que nunca faltan. En suma, ante un Álvarez pro-Nadine, le ha salido al frente un Mesía anti-Nadine. ¿Qué opinará el resto de miembros del TC?.

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